Osario · 17 de marzo de 2015

    Me parece bien que busquen sus huesos
    y me parecerá mejor si se los tragan
    es lo que él habría querido
    un fémur por la boca que les reviente el esófago
    o unas cuantas costillas como puntas de sílex.

    Que miren ahí
    también ahí
    y más allá
    junto a la encina y el terraplén
    contra una tapia y en mitad del campo
    marcha el galeote camino de galeras
    y lo ejecutan siglo tras siglo
    cuando Miguel muere siglo tras siglo
    y no llega a tiempo Quijote.

    Todos sabemos dónde está el osario
    de este soldado de guerra interminable:
    donde los cientos de miles que no van a buscar
    donde el país que quiso y nunca tuvo
    al servicio ―como escribió― de su república.


    Madrid, marzo.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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