Imagínese · 1 de mayo de 2015

Quizá, si estuvieran aquí algunos de esos políticos famosos, periodistas famosos e intelectuales famosos que van famoseando de progresía en progresía hasta la entrevista final, no sería posible que un grupo de matones vestidos de azul revienten una concentración e intimiden a todos los que estamos en Tirso de Molina. Pero no están aquí. Nunca están aquí. Y, si hoy no acabamos en prisión, es porque nadie ha dado la orden.

Sinceramente, me dan asco. Los comerciantes de urnas tenían tantas cosas que hacer que ni siquiera han podido hacer lo de costumbre, pasarse a por una foto. ¿Qué son ocho condenados a varios años de cárcel? Nada o, por lo menos, mucho menos que el riesgo de perder el amor de la clase media cuando ya han comprado el anillo de compromiso y encargado los ramos de flores. Imagínese. ¿Ocho personas? Como si son cien mil. No son —no somos— sus personas.


Madrid, mayo.


— Jesús Gómez Gutiérrez


Si les gusta lo que leen


/