Aniversario · 14 de mayo de 2015

Si hubiera sido lo que alguno escribió entonces, sólo un grito, esa cosa tan efímera de la emoción, festejar su aniversario sería como festejar el aniversario de un polvo; y, teniendo en cuenta que han pasado cuatro años, sería un festejo verdaderamente triste. Pero el 15M fue bastante más que una emoción. Fue el regreso de la política. Y, con el tiempo, si no se vuelve a ir, provocará el regreso de la dama que faltaba en mayo del 2011 y falta ahora: la cultura, el «conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico».


Ah, que ya tenemos juicio crítico. Hemos superado la educación, la tradición, los medios de comunicación. Han dejado de hablar por nosotros. El juicio se ha vuelto nuestro.


En ese caso, estoy seguro de que nos encontramos al borde de la emancipación total, y no seré yo quien discuta el brindis. Pero el 15M fue bastante más que una emoción. Fue el regreso de la política. Y, cuando pienso en aquellos días, me alegro de haber dejado todo lo que tenía entre manos para someterlo todo —bueno, casi todo— al movimiento más liberador y didáctico de nuestra historia reciente.


Madrid, mayo.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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