Ahora · 5 de junio de 2015

Está ahí, al alcance de la mano. Y no me refiero al Gobierno, que no es suficiente, sino a la posibilidad de quebrar el sistema de la restauración borbónica e iniciar la fase que nos llevaría a la III República. Pero sólo lo está si sois tan generosos como lúcidos. Generosos, para conseguir la estrella que necesitamos,«una sola, sola y roja, sí», en palabras de León Felipe. Lúcidos, para asumir que la uniformidad no es ni ha sido nunca amiga de la unión.

Pensad lo que vais a hacer. Cuando Azaña dijo aquello de «serán cien años» no calculó a la ligera; grosso modo, son los correspondientes a las generaciones que hacen falta para superar la cultura del franquismo y empezar a andar. Pero Azaña, hombre de grandes virtudes y algún defecto no menos grande, hablaba también desde la desesperación. No eran los días de la Defensa de Madrid, que además no fueron suyos. No se encontraba en condiciones de recordar la máxima de Antonio Machado, que el 15M hizo propia: «ni el pasado ha muerto ni está el mañana ―ni el ayer― escrito».

¿La recordáis vosotros? Y, sobre todo, ¿la recordaréis más tarde, si llegáis a tocar el poder? De momento, sed lo que sois y sedlo a bocajarro, que ya se encargará la acción de encajar las piezas.


Madrid, junio.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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