La estrella · 1 de octubre de 2013

Acabo de leer la pregunta que Jon Iñarritu García ha presentado este lunes al Gobierno; se refiere a la expulsión de los observadores de la OSCE que llegaron la semana pasada a Madrid, con motivo del #Jaquealrey, para evaluar la situación de los derechos de reunión y manifestación en España. Jon Iñarritu no es diputado de ninguna de las organizaciones de la izquierda estatal. A Jon Iñarritu ni siquiera le debería preocupar lo que pase en este país abandonado por su propia izquierda. Es diputado de Amaiur. Independentista. Y, no obstante, sale en defensa de los republicanos españoles y del propio Derecho mientras los demás callan.

Alguna vez, intentando explicar la variedad y la complejidad cultural de la ciudad donde nací, he recordado que, a finales de la década de 1980, en las primeras elecciones al Parlamento Europeo, Madrid le dio a HB uno de los dos diputados que obtuvo. Yo fui uno de los votantes de aquella candidatura encabezada por Txema Montero, posteriormente expulsado de Batasuna por su postura contraria a ETA. Al leer las palabras de Jon Iñarritu García, me he acordado del entonces y he tomado la decisión de decir esto en voz alta, por si me queda algún puente que pueda quemar. León Felipe lo expresó de otra forma en 1938. Algo sobre grabarse una estrella en la frente.

Que otros hablen de la izquierda silenciosa. Por mi parte, que no fue ni será nunca la parte de un simpatizante del nacionalismo, sólo añadiré que en el diputado de Amaiur y sus compañeros hay más España que en la inmensa mayoría de los que se dicen españoles. Como en tiempos pasados, saben que defender Madrid y defender la República es la mejor manera de defenderse a sí mismos. No sé qué saben los demás, ni qué defienden.

Madrid, septiembre.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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