Mejor de lo mismo · 8 de septiembre de 2008
John McCain, candidato a la presidencia de EE.UU., citaba a principios de este año a otro John, Fitzgerald Kennedy, para definir su posición hacia América Latina, «nuestros más firmes y más antiguos aliados». En aquella declaración, similar en tono y generalidades a otras muchas, McCain se limitó a subrayar los lazos económicos que unen a los países de la zona y la necesidad de mantener relaciones regidas por el respeto mutuo.
Existe el consenso general de que cualquiera de los dos candidatos, demócrata o republicano, sería mejor presidente que Bush; pero es un consenso demasiado determinado por los errores del inquilino actual de la Casa Blanca y poco atento a las nuevas circunstancias de la política internacional. Respecto a América Latina, la presencia de halcones como Otto Reich entre los asesores de McCain parece algo más que un guiño a un sector del electorado conservador; las aguas bajan tan revueltas que la afirmación de este último en la Convención Republicana despierta dudas razonables: «no será más de lo mismo, será mejor de lo mismo».
Hoy por hoy, parece impensable que Estados Unidos pueda volver a las andadas con su patio trasero. Sin embargo, los sucesos de Osetia y el retroceso relativo hacia la vieja política de bloques imperiales recomiendan cautela. Sobre todo al gobierno de Hugo Chávez, quien hace unas semanas defendió la agresión militar de Rusia y la reconquista de su espacio vital. Precisamente el argumento de todas las intervenciones estadounidenses al sur del Río Grande.
Publicado originalmente en el diario Público, de España.
Madrid, 6 de septiembre.
— Jesús Gómez Gutiérrez
Derecho a saber / La excepción boliviana