Coronación · 18 de junio de 2014

Están solos. No sé lo que pasará dentro de un rato, pero de momento es lo que hay. Como el día del Congreso, llegarán —si llegan— a su objetivo y tendrán la exclusividad de las caricias de la policía y la Justicia, que serán tanto más seguras cuanto más solos estén. Van muchos días así. Detienen a compañeros, los encarcelan; suspenden de facto el derecho de manifestación; limitan la libertad de expresión y la respuesta en la calle es toda de los pequeños porque los grandes están jugando a la política en los medios y las instituciones.

El jueves se llevará a cabo una ceremonia de coronación. No debo de ser el único que lo sabe, teniendo en cuenta que hay tres convocatorias republicanas o al menos antimonárquicas en Madrid: una al mediodía, ligada a organizaciones extraparlamentarias, que finalmente se ha suspendido; una performance de ciudadanos sin adscripción política conocida y una concentración en Sol, a las ocho de la tarde, de la Coordinadora 25S. No convoca nadie más. No apoya nadie más. Repito: nadie más. Si no fuera por la ausencia de los anarquistas, que en este caso se limitan a ser coherentes con sus ideas, sería una repetición exacta de lo que ha estado pasando en los últimos tiempos, incluso antes del 22M y, desde luego, durante el 22M.

Dicen algunos que no les gustan esas convocatorias ni sus convocantes. Muy bien. ¿Por qué no convocan ustedes, por su cuenta? ¿Tampoco se gustan a sí mismos? Dicen algunos que convocar cuando existe una prohibición es llevar a la gente al matadero. ¿Ah, sí? Llegamos al estado de excepción precisamente porque ustedes acatan las prohibiciones y, al acatarlas, las legitiman, facilitan que la respuesta de la calle sea demasiado débil y, crecido ante esa debilidad, que el régimen decrete más prohibiciones. Pero nunca es tarde. Convoquen el 19J; de verdad, no de boquilla y para quedar bien, que ya no cuela. Aprendan de sus errores como aprendimos todos. Demuestren que no son inútiles.


Madrid, junio.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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