En Tirso · 20 de junio de 2014

Tirso, final del día. Aún no ha empezado a llover cuando la Coordinadora cede la palabra al portavoz de la Plataforma contra la impunidad de los crímenes del franquismo, cuatro años de lucha en la calle y 75 en la vida. Luego habla Doris Benegas: Hoy habéis hecho algo grande. Y después habla Elena. Y es verdad que habéis hecho algo grande. Para empezar, vencer el miedo; plantarse en el corazón de Madrid, entre cientos de antidisturbios que no permiten un gesto ni una palabra ni un símbolo que no sea de obediencia, doblegamiento, sumisión. Arriba, Sol ha sido un testimonio definitivo de que el Reino nos quiere esclavos o esclavos; abajo, una metáfora realista en una imagen absurda: cerrada la estación del Metro, los trenes de todas las líneas pasaban de largo; pero en los andenes, obviamente vacíos, había guardias que vigilaban qué, tal vez los túneles, por si las ratas se rebelan. Así sopla el viento en la capital de la gloria; duro y ridículo desde el poder, duro y digno desde la calle, que es adonde voy: Habéis hecho algo grande. Es cierto. Para seguir, soportar la represión y mostrar al mundo la cara del régimen, por si no se había visto bien. Para terminar, ser libres en cualquier caso y a pesar del sentimiento de abandono que se asienta cuando, después de tantos días como éste, se sabe que caerán los golpes y las detenciones y no se presentarán los capitanes del pueblo ni llegará ninguna justicia a salvar la jornada. Vosotros no sabéis de capitanes; sois vuestro propio camino y, al final de los aplausos, ya con la lluvia encima, sois también el firme de la República que vendrá, porque vendrá.


Madrid, junio.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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