Identidad · 9 de marzo de 2017

    Viajaría toda la noche con las piernas estiradas,
    bota sobre bota, clavado en el reflejo
    porque no hay nadie enfrente, y está el cristal solo.

    Una estación es un momento unido a otra estación
    por cables que ironizan en las paredes de un túnel,
    se acercan, se alejan, se muestran, se ocultan.

    Si el tren no impusiera la máscara de la luz
    como en un museo estrecho o un pasillo de hospital
    la identidad gritaría: estoy aquí, esperando.


    Madrid, marzo.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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