No · 4 de agosto de 2009
Es esto, mirar
lo que ha vaciado las calles
lo que ha quemado los ojos
y ha sajado el sonido
en carne de pensamiento y carne de nada,
que viene a ser, es, una tormenta.
Y ocurre que a veces, hoy,
llega un acceso de ira
una respiración cóncava
un momento más débil
y dice
quizás
no mirar
seguir recto entre fachadas y balcones
o torcido, para el caso,
o mirar, pero no mucho,
y luego, quizás, con suerte
adiós carencia y hola luz.
Corazón, corazón: tercer dedo.
— Jesús Gómez Gutiérrez