Menos lobos · 24 de mayo de 2013
- Comprendo la decepción, pero no la comparto.
Se lucha porque se debe y, sobre todo, porque se siente;
no porque se pueda ganar
ni sólo en momentos concretos y circunstancias determinadas
ni sólo cuando la gran caterva del río empuja en esa misma dirección.
Se lucha porque se vive y por el camino se elige
por qué se lucha y a favor de quién,
pero hay que aguzar la vista,
estar atento,
para no confundirse de quién y de por qué
y terminar por llamar decepción
a la necesidad de gafas.
Madrid, mayo.
— Jesús Gómez Gutiérrez
Deja que te lo explique / Conciencia