Interior · 24 de enero de 2014
- Estuve a punto de perder medio empleo/ ya ves tú/ medio empleo
disparad balas enteras, cabrones, que no sois generosos/ ni para matar
y así, desenfundando, salvé la situación (no la económica, no
la psicológica, sí
pues psique es alma –dicen- y psique ayuda, hum).
Ésa es la historia en su versión interna/ con pistola interna al cinto interno
y un caballo interno para fugarse.
La externa no tiene historia: En un despacho con una esclavista.
Luego llegó mi temor y dijo qué medio empleo/ si basta un cuarto de bala
y me enseñó sus cálculos y previsiones y le descerrajé dos tiros
sé cadáver, hermanito
dos de cansancio directos a la frente
la voluntad será inocua pero el cansancio ah.
De vuelta en casa un café/ una mirada al reloj/ trabajan mis dedos
como todos los días.
Trabajan las manos, trabajan los ojos: Lo interno no tiene historia.
Madrid, enero.
— Jesús Gómez Gutiérrez