Abriéndonos paso · 8 de octubre de 2011

La manifestación termina en San Bernardo, en el mismo lugar donde el 24 de junio de 1858, siete años después de la creación del Canal de Isabel II, llegaron las aguas de la Sierra. Doscientos sesenta depósitos, 18 estaciones de elevación, 13 estaciones de tratamiento, 30 de vigilancia automática, un laboratorio central y 14.500 km. de conducciones para 77 instalaciones de captación de aguas subterráneas y 14 embalses en las cuencas de los ríos Lozoya, Jarama, Guadarrama, Guadalix, Alberche y Manzanares. Cuando en Madrid abrimos un grifo, vemos algo más que el agua de mejor calidad de todas las ciudades españolas; vemos 160 años de una empresa pública ejemplar.

Todo eso está en peligro desde que la derecha decidió privatizar el CYII. Y Magrit, Matrice, Madrid, que debe su nombre al agua, responde con la segunda línea de su leyenda original, «mis muros de fuego son», que aún se alcanza a leer en uno de los viejos y abandonados murales de Puerta Cerrada. Sin embargo, tendremos que manifestarnos mucho y trabajar el doble para pararles los pies. Si la política fuera justa, la derecha se limitaría a privatizar el agua de sus votantes, que deberían estar encantados de beber barro; como no es justa, privatizará el agua de esos seres presuntamente inteligentes y el agua de los demás, pero sólo nos manifestaremos los demás o más bien una parte, la parte sin miedo, la parte despierta, el 15M.

A estas horas, las once de la noche, ninguno de los grandes medios se hace eco de la manifestación de hoy. Tienen cosas más importantes de las que hablar; tienen unas elecciones, las del 20N, y montones de titulares de relleno para tapar las protestas diarias y la catástrofe económica. Lo que ya no tienen es la hegemonía cultural. No en Madrid. No en Barcelona. Y poco a poco, si somos solidarios y reforzamos nuestras redes fuera de las grandes capitales, la hegemonía que conservan en el resto del país será la que tuvieron esta tarde en Eloy Gonzalo, llena de manifestantes desde Iglesia hasta Quevedo: seis furgones de policía. Solos. Abriéndonos paso.

Madrid, octubre.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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