Razón de tierra · 25 de septiembre de 2015
- Junto al blanco de este hueso
al abrigo de su minúscula sombra
parece que se apiña
la tierra,
más compacta, casi un tejido,
abrigo también del hueso
que ya no lo requiere,
mano y puntal,
mármol ocre sobre ladrillo desnudo.
Más allá
el sol la muestra disgregada,
disociada, dividida, esparcida
en desmayo de materia inerte,
no sirve a una raíz, no forma cauce,
no es siquiera asiento de una hoja,
pero junto al blanco de este hueso
pegada a él
tiene un motivo.
Madrid, septiembre.
— Jesús Gómez Gutiérrez