Madera · 18 de abril de 2016
- Como las antiguas placas de madera
que cubrían los peldaños de las escaleras mecánicas
a ella también la pisan
tono oscuro de la lluvia porque llueve
tono claro, tono polvo, tonos suela
del pasar de la gente y del cielo exterior
que nunca es amigo de quien no tiene techo
como aquellos listones en franjas
de tierra, vacío, sostén, barranco
también hay arroyos entre sus rizos
saltos de ángel a ropa empapada
en un túnel, ya en un charco, sola,
es lluvia de afuera que ha venido adentro
madera contra yemas de tiza
seis cuerdas, un mástil, de dónde somos
del agua que corre a la madera,
del agua en la caja de resonancia,
del agua en la voz,
de salvar otro día, de vivir otro día,
madera ella que se ha asentado
como los escalones en secuencia giratoria
bajo la superficie.
Madrid, abril.
— Jesús Gómez Gutiérrez