El ruido · 29 de marzo de 2016
El ruido,
tremendo, constante, como si pasara algo,
tan de repente, y ayer no hablabais,
todo lo urgentísimo había quedado en suspenso,
ayer, anteayer, el día anterior,
sois gente que tiene, y bien que se nota,
la verdad, la justicia, la cultura, lo público,
conceptos para discutir, oportunidades de negocio,
todo directo a la nada cada vez que llega un puente
o periodo vacacional.
¿De qué está hecha una rabia que se activa o desactiva
en función de conveniencias tan pueriles?
¿De qué la indignación, la solidaridad, la simple humanidad?
Pero habéis vuelto, y ahora hay que gritar más que nunca
lo urgentísimo,
tú en tu política, tú en tu periódico, tú en tu oficina,
para una galería de espectadores o para una conciencia sensible,
y de repente el ruido,
brutal, constante, como si os importara,
como si verdaderamente importara
que sufra alguien que no seáis vosotros,
que caiga alguien que no seáis vosotros,
que muera alguien que no seáis vosotros.
Madrid, marzo.
— Jesús Gómez Gutiérrez
Civilización / Otro encuentro en la Línea 1