Crónica · 26 de abril de 2012

    Un juez
    macho o hembra
    condena a una mujer
    de setenta y seis años
    («enteramente subsumible en el tipo penal»)
    a veinte monedas y el pago de las costas
    por encadenarse
    dos
    horas dos
    al banco que la desahució.

    En otros tiempos
    le habría sacado un
    ojo un.
    Izquierdo o derecho, elija.
    Y no se hable más.






— Jesús Gómez Gutiérrez


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