Un Papa · 14 de marzo de 2013

    Yo no maté.
    Vivía entre asesinos,
    pero no maté.
    Puede que cerrara los ojos:
    a veces es necesario.
    Y puede que diera algunos nombres:
    un desliz.
    Ahora, sed ovejas.
    Beeeee.
    Todo el ayer es nada.


    Madrid, marzo.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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