Conciencia · 20 de junio de 2013

    Claro que sí.
    A la playa, a la montaña, a la piscina,
    que hace calor y el mundo es azul
    y amarillo.
    Adiós, realidad, un año más.
    Si sufren, que esperen. Si mueren, que esperen.

    (Será que la piel del otro sólo importa
    cuando no se interpone en unas vacaciones
    estacionales, emocionales).

    Yo no valgo para eso.
    Da igual por qué, no valgo,
    ni siquiera cuando dudo y todo me parece inútil.
    Pero si sirviera, sería como cínico:
    sabiendo lo que soy,
    sin aplazar mi conciencia.


    Madrid, junio.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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