Sociedad · 14 de diciembre de 2013

Voces subterráneas, sociedad subterránea.
Mi país es un lugar extraño; como en todos, basta con estudiar el paisaje, pegarse unas cuantas caminatas y dormir un rato a la intemperie
para saber,
pero:
si alguien quiere tomar cartas en el asunto y busca apoyo a su alrededor para cambiar el paisaje, estará demostrando que no merece ni los buenos días.
Hay que ser corto para no verlo.
Abajo, justo debajo de tus pies.
No pensarás que el paisaje deja las vidas que buscas a simple vista y sin castigo, para que se unan a ti sin más ni más.
Las entierra, bien hondo.
O al menos intenta enterrarlas hondo, porque ha enterrado tanto y a tantos durante su larga historia que
las vidas nuevas, por falta de espacio
terminan en fosas de medio metro.
Come tierra y aprende; búscate una pala y cava.


Madrid, diciembre.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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