Stiglitz en Madrid · 25 de julio de 2011

Alrededor de las tres de la tarde, miembros de la policía autonómica catalana entran por la ventana de un domicilio para ejecutar un desahucio. En esta ocasión, se trataba de dos personas que al parecer llevaban veinte años en un piso de renta antigua. Según los periódicos, que hablan de «enfrentamiento entre mossos y vecinos» para justificar la violencia contra los activistas que intentaron impedir el desalojo, las nuevas víctimas del mercado inmobiliario y de los políticos que trabajan para él se llaman Verónica y Eliseo.

Por sorprendente que les parezca a tantos periodistas, incluidos los progresistas de boquilla que con una mano apoyan el sistema y con otra lanzan flores al 15M, esto no es un juego ni es ajeno a su profesión. El proceso de destrucción de los sistemas sociales que llamamos crisis, la gigantesca operación de recapitalización del sector privado, no sería posible sin la guardia pretoriana de los grandes medios. Su tratamiento de la información es un arma contra todas las Verónica y los Eliseo de nuestro país. Que lo hagan para llevar a la derecha de siempre al poder o lo hagan para que la derecha moderna siga en el poder, es irrelevante. Sea cual sea el motivo, España se va llenando de vidas rotas.

Esta tarde, Joseph Stiglitz estuvo en el Parque del Retiro, junto al Palacio de Cristal, y se sumó a las intervenciones de la comisión de economía del 15M. Seguro que la noticia da más que hablar en los grandes medios que el drama de una familia con tres hijos del barcelonés barrio de El Clot; a fin de cuentas, Stiglitz pertenece a su mundo, que no es el de la información, sino el del poder. Y por muchos premios Nobel que apoyen las reivindicaciones de nuestro movimiento, los medios se quedarán con la estética y se las arreglarán para desestimar el fondo de la cuestión porque participan de ese ¡1937, 1937, 1937! que exclamaba el liberal Paul Krugman en las páginas del NYT.

Ha bastado que el ex ministro de Interior se convierta en candidato socialista para que se empiecen a ejecutar desahucios por la fuerza. Ha bastado que PP y PSOE reafirmen su pacto sobre el ladrillo para que las derechas nacionalistas también se sientan libres de poner en la calle a quien quieran y como quieran. «No es una crisis —decía el lema del 24J y el espíritu del 23J —; es el sistema.» El sistema contra nosotros, con sus políticos, sus jueces, sus periodistas y su policía. Pero «la destrucción de todas las economías avanzadas en nombre de la prudencia» no corre a cuenta de los últimos. Las porras sólo informan de lo que políticos, jueces y periodistas deciden antes.

Madrid, julio.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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