Lista · 16 de diciembre de 2013

El eco se apaga. Fue otra jornada de lucha, que en la realidad paralela de los medios se transformó en lo de costumbre. Los medios son lo que son; quien pone el dinero, espera un servicio.

Más difícil de asumir, por lo que tiene de suicida, es la incongruencia de algunos individuos que, siendo conscientes de la violencia estructural del sistema, cargan las tintas contra las víctimas del sistema porque, a veces, muy pocas, se dejan de comportar como animales domésticos. Ellos sabrán lo que hacen. En todo caso, deberían tener cuidado al afirmar que la reiteración de disturbios en ciertas manifestaciones dice algo negativo sobre el carácter de las organizaciones que las convocan y de las personas que asisten; teniendo en cuenta que los disturbios suelen partir de las propias fuerzas de orden público, se podría dar la vuelta a su argumentación y decir: si el régimen revienta sus manifestaciones y no las vuestras, es porque vosotros sois el régimen.

(Nota de las Tesis de abril: «Dada la indudable buena fe de grandes sectores (...) es preciso aclararles su error de un modo singularmente minucioso, paciente y perseverante.»)

En cada jornada de lucha y, desde luego, en cada jornada sin más, hay cosas que no se apagan. Pensando en la retención, el cacheo y las amenazas de expediente sancionador que sufrieron el sábado Doris Benegas y Luis Ocampo cuando se acercaron a la policía para interesarse por una joven detenida, se me ha ocurrido que caminaremos de eco en eco, siempre pasado en la práctica, si no empezamos por apuntar y distribuir los nombres y los apellidos de las víctimas, uno a uno; por crear nuestras Tesis de abril desde la larga lista de las letras que los componen.


Madrid, diciembre.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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