Elecciones · 9 de junio de 2009
Lo ha dicho Leire Pajín, secretaria de organización del Partido Socialista y en general, pero no hoy, buen cuadro: el Gobierno tendrá que ver los estudios postelectorales pertinentes para hacerse una idea exacta de lo sucedido en las elecciones al Parlamento Europeo y del efecto de la crisis entre sus votantes. Una declaración estándar y acorde a estos tiempos. También lo más clarificador y lo más sincero que se puede decir sin intención.
Es posible que en la actualidad tengamos menos políticos capaces de entender la realidad que antes, pero ni los asesores ni la estadística son recién llegados al juego; siempre han estado ahí, dando respuestas correctas o incorrectas en función del margen de error de las preguntas y de la clase social y de los intereses de los primeros, que naturalmente tienden a ver lo que les viene en gana. Si la izquierda tiene un problema no es porque sus representantes deban preguntar, antes de someterse a una rueda de prensa, si es verdad que el sol sale por levante y se oculta por poniente. Eso sólo demuestra que la profesión de actor y la de político no deberían ser la misma.
Ahora bien, ¿qué respuesta puede dar una socialdemocracia cuyos dirigentes ganan tres, cuatro, cinco veces más que un trabajador normal, o viven en un mundo completamente alejado de la calle o está en esto, la política, porque un día se les presentó la Moral, así, en mayúsculas de nombre propio, y les dijo que salieran un rato del jardín y aleccionaran a los pobres con una ONG? Hay excepciones, claro; pero grosso modo, ésa es la cuestión. Porque la otra posibilidad sería más grave: que hayan alentado o permitido que se dañara el Estado del Bienestar donde existía, y alentado o permitido procesos sociales de extorsión como el que aún sufrimos en España con la vivienda, porque se benefician con ello.
«Si los ciudadanos hubieran querido iniciar un cambio político, la participación habría sido más alta.» La frase, que también es de Pajín, tiene un sujeto completa y no inocentemente equivocado: no son los ciudadanos, sino vosotros. Si tuvierais alguna intención real de iniciar un cambio político, la participación habría sido más alta. Si tuvierais el atrevimiento de plantear cambios económicos reales, no nos condenaríais a la debacle de toda la socialdemocracia, que en España se pospone por el rechazo (justificado, pero no equivalente a un cheque en blanco) a los señoritos, ladrones y fanáticos que llamamos derecha. ¿A quién representáis? Ningún estudio responde a preguntas que no se quieren o no se saben formular.
Madrid, 9 de junio.
— Jesús Gómez Gutiérrez
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