Ni medio normal · 7 de junio de 2011
Supongamos que la acampada de Sol es una batería eléctrica. Con su energía se mueven cosas, más o menos útiles y más o menos absurdas. Y cuando nos parece que las cosas que mueve no son tan útiles como absurdas, se puede llegar a pensar: saquemos la batería de aquí, que está gastando tontamente, y pongámosla allá. Parece lógico. Lo más razonable del mundo. Pero hay un problema: que en política no hay baterías eléctricas; la energía que sirve para activar una maquinaria, no sirve necesariamente para activar otra ni es necesariamente trasladable a otra. Lo único seguro si se quita de su sitio es que ese sitio dejará de funcionar.Digo esto porque no hay día sin su cantilena anti Sol. Que está en manos de zarrapastrosos; que los radicales la han tomado al asalto; que fulana dice que mengano dice que zutana dice que ha visto un OVNI lleno de bailarines sufíes y etcétera. ¿Por qué preocupa tanto su existencia? Porque se cree que el punto muerto aparente del M15M se debe a la permanencia de la acampada y porque se cree que, disuelta ésta, su energía se derivará de forma natural a otras iniciativas. Pues bien, lo primero es falso y lo segundo, simple especulación. Cuando se recuerda que el M15M tiene muchas partes, se debería añadir que el filo de esa hoja no corta precisamente a las partes que actúan, aunque sea poco y con modelos discutibles, sino a los que no hacen nada salvo hablar: los únicos que están «encerrados en sí mismos», por utilizar la última ocurrencia mediática.
Sol tiene un defecto grave: insistir en un modelo asambleario que exige de consensos absolutos. Es normal que la tribu mística tenga miedo a que una de sus indecisiones ad eternum cause un bucle en el espacio-tiempo y destruya la galaxia, pero no es ni medio normal que los demás nos comportemos como si efectivamente pudiera destruir la galaxia. Si queremos ser útiles y no caer en todas las trampas que se nos tienden, deberíamos empezar por no buscar la información en los intermediarios de la prensa, sino en las páginas y en las publicaciones del M15M. Quizás descubriríamos que se han convocado unas cuantas acciones concretas y que se necesita gente para llevarlas a cabo. ¿Que no es tan entretenido como poner Sol a parir? No, desde luego que no.
Madrid, junio.
— Jesús Gómez Gutiérrez