Antipolítica · 26 de febrero de 2013

Vean el nivel. Legiones de chupatintas que se copian los unos a los otros en la prensa y cobran por copiarse, porque su negocio consiste en repetir conceptos; concretamente, los que interesan al Capital. Hoy, por Grillo en Italia, coinciden el millonario progre, el rebelde de salón, el niño de las banderas y el mamporrero de los empresarios. Todos gritan: ¡Antipolítica! ¡Populismo! Y hacia la izquierda, para quebrar resistencias, añaden: ¡Prefascista! Cuánto esfuerzo por una noticia lejana, extranjera, que no despierta demasiado interés.

Preguntado por la persona a quien propondría como presidente de la República, Grillo responde: «Darío Fo». A uno de nuestros chupatintas le extraña que el dramaturgo apoye el Movimento 5 Stelle; el resto no sabe o no contesta, porque no tienen ni idea de quién es Darío Fo. En realidad, no tienen ni idea de nada; ni falta que hace. Si escribo ahora que Stefano Benni debe de estar cabreado porque Grillo le había prometido el Gran Ducado de Cerdeña, tendrían que buscar en Google quién es Stefano Benni y denunciarían esa promesa, un chiste entre amigos, en sus columnas y en sus programas de radio y televisión. Y hablando de programas, que es a lo que iba, ¿han leído el del M5S? Digo, ya que les pagan por escribir, podrían simular inteligencia de vez en cuando.

No sé qué habría hecho yo, como ciudadano, en Italia; al igual que Benni, desconfío de ciertas debilidades del discurso del M5S, que en su parte más blanda lo es tanto como la parte más blanda de otro movimiento antipolítico, populista y prefascista, el 15M. Pero sé otras cosas; por ejemplo, que Grillo y los suyos son los únicos que pueden enterrar el vertedero de los Monti, los Berlusconi y los Bersani. ¿Lo harán? De momento, han llevado el pánico a la dictadura mediática.

Madrid, febrero.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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