Tendencias · 21 de enero de 2015

Preguntado por la renta básica, Pablo Iglesias la define como «una tendencia muy interesante» y afirma que, en todo caso, no se podría aplicar «en los dos primeros años» de su hipotético gobierno. Preguntado por la edad de jubilación, puntualiza que se debe entender como «tendencia para repartir el trabajo» y que, en todo caso, no se podría reducir «en un año ni dos». De repente, todo es tendencia: apelación al viejo pragmatismo bajo fraseología de moda. Y muchos, que ya saben adónde lleva el viejo pragmatismo y de qué está hecha la moda, empiezan a dudar.

No estoy entre ellos. Mis dudas no se refieren al carácter socialdemócrata de Podemos, que me parece obvio, sino a las líneas que apuntan determinadas formas de conducirse. Cuando Iglesias habla de la renta básica y la edad de jubilación, tiene el refrescante detalle de decir que está expresando las opiniones de «los economistas con los que hemos trabajado», pero desde luego no dice por qué trabajan con esos economistas y no con otros. ¿Les han caído del cielo? ¿Lo votaron específicamente sus bases? ¿Son quizá la síntesis de un largo proceso intelectual en el que participaron profesionales de otras tendencias, por reutilizar el sustantivo? ¿O se trata de otro grupo de confianza en el Reino de los grupos de confianza?

Personalmente, espero que Podemos llegue al Gobierno y ponga en práctica su programa, aunque esté muy lejos del programa de ruptura que, en mi opinión, se necesita. Pero, pase lo que pase ―y no creo que sin cultura y tejido social pueda pasar gran cosa―, estoy seguro de que no hay forma alguna de hacer una España nueva desde los grupos de confianza, también llamados clanes. Eso no da para un país. Ésa es la tendencia de siempre, con los de siempre.


Madrid, enero.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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