Celaya · 24 de julio de 2012

    Un poeta, viejo y pobre, me pidió la chaqueta
    que yo llevaba.
    No se la dí.
    Y veinte años después o casi treinta
    guardo un trozo verde en uno de sus libros:
    de la chaqueta, por supuesto,
    de su pobreza vieja y de la mía joven,
    de sus palabras
    y de todas las palabras que debemos.

    Madrid, julio.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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