Poética · 20 de julio de 2013

    No, pues no, amada,
    no me rindo por eso de la luz
    y romper sombras o atraer polillas.

    A mí me gustas tú, bruja o bruja.
    Más si más bruja, te presto la escoba.
    Saltas, miro.

    Y luego, sobre todo
    me gustas por sorpresa,
    cuando yo no pongo nada y tú me pones.

    ¿De dónde sales que hablas por mí?
    Hasta en estos momentos, sin intención,
    sólo por ver qué quieres.

    No, no, no,
    no me lleves fuera de una página,
    donde no sé qué hacer.

    A mí me gusta tu plan
    y nuestro acuerdo de servicios,
    como sea, lo que sea.


    Madrid, julio.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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