Su cultura · 24 de abril de 2012

El País titula: «Detenida una responsable de la CGT por los disturbios del 29M en Barcelona». A la detenida, Laura Gómez, secretaria de organización del sindicato anarquista en la capital catalana, se le acusa de participar «con otros vándalos en la quema de la Bolsa». La cita es literal. La quema de la Bolsa. Aunque los hechos fueron ligeramente menos ambiciosos: lo que se quemó fue una caja de cartón, de tamaño DIN A4, con papeles que simulaban ser dinero.

Por un acto simbólico, la policía presenta cargos de desórdenes públicos, coacciones y delito contra el ejercicio de los derechos fundamentales y las libertades públicas. Qué se puede decir. Por mi parte, me sumo al manifiesto que el pasado 21 de abril publicó la Asamblea de Apoyo a los Represaliados del 29M. En él hay un concepto fundamental, el de apoyo mutuo, que un porcentaje pequeño pero creciente de la población pone en práctica todos los días. Que los demás se pregunten si hacen lo que podrían hacer. En el caso de que les importe, por supuesto.

La detención de Laura Gómez, como las de otros activistas, dice mucho sobre el país que sufrimos; pero dice más esa caja dejada ante uno de los templos del sistema y prendida después. Una representación; teatro; llamas inocuas que el poder convierte en el incendio del Reichstag para apagar nuestra voz y que nuestra solidaridad se limite a la «solidaridad de sitiados» que Camus mencionaba en La peste. Desde la política, el escenario principal, se empieza a encarcelar a los autores. Ésa es su cultura.

Madrid, abril.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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