Hooligans · 27 de abril de 2012
(Cementerio de La Almudena. Sentadas en una lápida, Esperanza, Cristina y Ana hacen país.)Cristina.— Y ahora, lo importante.
Ana.— ¿Nos vamos de compras?
Cristina.— La ley, cojones.
Esperanza.— ¡La ley! ¡Bien dicho!
Ana.— Ah.
Esperanza.— ¡Porque esto es inadmisible!
Cristina.— Un sabotaje.
Esperanza.— Y una ofensa a España.
Cristina.— Pero se va a acabar.
Ana.— ¿España?
Esperanza.— La ofensa. ¡La ofensa!
Cristina.— Tengo dos mil policías como soles.
Esperanza.— Pues no lo dudes más.
Cristina.— ¡Intervención! ¡Represión! ¡Aniquilación!
Esperanza.— ¡Ooooooooooooorden!
Ana (en mitad del grito).— Por cierto, ¿te has teñido?
Cristina.— ¿Se nota?
Esperanza.— Niñas...
Ana.— Sí, sí, tu rubio es tan lustroso...
Cristina.— Y el tuyo tan chic...
Esperanza.— ¡Niñas!
Ana.—Solo estamos...
Esperanza.— ¡Rigor!
Ana (tímidamente).— ¡La ley!
Esperanza.— Así me gusta.
Cristina.— Y si no vale la ley, hacemos otra.
Esperanza.— Tú sí que sabes...
Cristina (con suficiencia).— No como Amparo.
Ana.— ¿Quién?
Cristina.— Mi antecesora, Ana... mi antecesora en el cargo.
Ana.— ¿También era rubia?
Cristina.— ¡Ja! ¡Pues claro que sí!
Esperanza.— Niñas...
Cristina.— Como Christine, Marine, Angela...
Ana.— ¿Quiénes son ésas?
Esperanza.— Niñas.
Cristina.— Lagarde, Le Pen, Merkel...
Ana.— Pues no caigo, oyes...
Esperanza.— ¡Niñas!
Ana.— ¡Mano dura!
Cristina.— ¡Viva el orden público!
Ana (cantando).— ¡Reglas–que–cumplir! ¡Reglasquerespetar!
Cristina.— Eso no es tuyo, es de Rosa.
Ana.— Huy, qué tonta estoy...
Cristina.— Pero también es rubia.
Esperanza.— ¡Aquí no hay más rubia que yo!
Ana.— Está María Dolores...
Cristina.— Y Fátima...
Ana.— Y Soraya...
Esperanza.— ¡Basta ya! ¡No quedarán impunes!
Ana.— ¿Soraya?
Cristina.— ¿Fátima?
Ana.— ¿María Dolores?
Esperanza.— ¡Los rebeldes! ¡Los terroristas!
Cristina.— ¡Duro con ellos!
Esperanza.— ¡Viva la muerte!
Ana.— ¡Y viva el rey!
Madrid, abril.
— Jesús Gómez Gutiérrez
La vida que nos obligan a llevar / De ovejas y piedras