Íntegras y capaces · 20 de noviembre de 2012

Supongamos que hay dos tipos de política, la colectiva y la personal. Es falso, pero supongámoslo. Entonces, yo diría que me alegré especialmente de los resultados de Alternativa Galega en las elecciones autonómicas, porque le deben mucho a una gran persona de lo colectivo, Xosé Manuel Beiras, que a sus 76 años dio otra lección de atrevimiento a los funcionarios que copan la izquierda política y a los seres grises que andan por ahí con su palabrería de horizontalidad y verticalidad, olvidando que ninguna forma de organización es buena sin personas buenas, por íntegras y por capaces.

Es lógico que la figura de personas como Beiras crezca con el tiempo. Se lo han ganado. Con ello no digo que la razón se premie a largo plazo, sino que algunos sobreviven al precio que se paga por avistarla antes que los demás y por sostenerla a toda costa. Fanáticos, iluminados, extravagantes, traidores, idealistas, etcétera. Siempre se dice lo mismo. Malo al principio, cuando no se reconoce la razón y peor al final, cuando se reconoce y hay que matar a Casandra para que su existencia no deje en mal lugar a los que la negaban y, normalmente, siguen encaramados al poder.

Ayer, escribía que las componendas intelectuales con el nacionalismo terminan con el triunfo del nacionalismo; pero hay un mundo entre asumir el discurso de la nación como eje de la política y llegar a acuerdos sobre objetivos urgentes y comunes. En Cataluña se ha hecho lo primero; en Galicia, lo segundo. Y eso también tiene mucho que ver con Xosé Manuel Beiras, es decir, con las personas íntegras y capaces que reconocen el objetivo principal; la condición sine qua non para España: el «fin de la segunda restauración borbónica» y «la llegada de la República».

Madrid, noviembre.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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