Elige el puño · 24 de abril de 2013

Se levanta el telón y anuncian que la Bolsa se ha pasado a nuestro bando porque ha subido cuando una mariposa, al otro lado del mundo, aleteaba contra la austeridad. Es el primer chiste del día (socialdemócrata, of course). Y por aquello de agarrarse a un clavo ardiendo, hay quien se lo cree y se apunta a la nana de siempre, que dice: «duerme, duerme, negrito», en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte nos separe. En la antigua Roma se buscaba explicación en las vísceras de animales muertos y el vuelo de los pájaros. Eran más creativos. Ahora, contra toda experiencia, la prensa progresista mira un juego dominado por los bancos de inversión, que compran y venden con la lógica del póquer.

Que cada cual preste oídos a lo que quiera. Unos se engañan con la Bolsa y las caras nuevas del PSOE y otros, con denuncias al Constitucional e iniciativas legislativas populares. Pero lo único que ha sonado fuerte durante este miércoles de abril es el puñetazo de Beiras en el escaño de un señorito gallego. Beiras sabe de símbolos. No elige las camisetas reivindicativas del sector de los integrados; no se llevará felicitaciones del Ministerio del Interior, como algunas buenas gentes del 15M, por dejar en la estacada al 25S y la Plataforma en Pie, ni recibirá palmaditas de embajadores extranjeros, como Cayo Lara por no apoyar «opciones populistas». Beiras elige el puño; lo estampa en un pedazo de madera y resuena en todo el país con el sonido de la realidad.

Aquí, en Madrid, ciudad en estado de excepción, se oye especialmente. Anoche, tras las detenciones de Vallecas, la policía desalojó a golpes a los profesores acampados en Leganés, que hoy pedirán «asilo educativo» en la embajada de Finlandia. Si fuera por humor, ya estaríamos salvados. Quizás fue eso lo que eldiario quería decir al abrir edición con la bandera libertadora de Goldman Sachs. Y la calle sigue, expectante, escribiendo sus propias noticias y hasta reenviando «estos días azules y este sol de la infancia» por redes que empiezan a retomar el hilo. Al final, se aprenderá. Todos aprendemos.

Madrid, abril.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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