Recuerdo · 10 de marzo de 2014

Me ha venido a la memoria al conocer la noticia. Es una lista de hace unos años; una petición dirigida al Congreso y al Senado del Reino para conseguir la nulidad de los juicios del franquismo. Firmaban combatientes republicanos que en muchos casos fueron combatientes de la II Guerra Mundial, presos en Dachau o Mauthausen, resistentes antes y después. De aquella lista de soldados, capitanes y guerrilleros ha desaparecido hoy un nombre más, Sebastià Piera, que llegó a ser comandante del Ejército de la República y miembro de una unidad de élite del Ejército Rojo.

Febrero de 1943. Un comando del que forman parte los españoles Vicente de Blas, José García Granda, José Parra, Rafael Pelayo y Sebastián Piera se lanza en paracaídas en un punto situado entre las fronteras de Bielorrusia, Lituania y Polonia. Su objetivo: matar al general Von Rheitel, jefe de las fuerzas alemanas en los Países Bálticos y matar o secuestrar al entonces jefe de la División Azul, el general fascista Esteban Infantes. Cuando ya han reunido la información que necesitan para ejecutar la operación, el mariscal de campo Rokossovsky ordena la ofensiva del Primer Frente Bielorruso y los alemanes se baten en retirada. El comando persigue a Von Rheitel a través de Polonia y llega a entrar en Alemania. Se van acercando a Berlín; pero, ante la precariedad de su situación, el mando soviético les ordena volver.

Es una historia de tantas. Unas terminan mejor y otras peor para sus protagonistas; todas terminan mal para nuestro país. No volvió la República. No hubo ni memoria ni reconocimiento. No hubo anulación de los juicios. Las listas se vuelven cada vez más cortas y, entre tanto, hay gente que recomienda olvido porque así seremos más puros y estaremos más limpios para cambiar la realidad. Ya verán lo que pasa cuando se está completa y totalmente limpio. Pero quién sabe; si Sebastià y sus compañeros pudieron caminar treinta y tantos kilómetros al día en territorio enemigo y alcanzar las líneas rusas, nosotros lo tenemos más fácil: sólo tenemos que alcanzar el recuerdo de España.


Madrid, marzo.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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