Narciso · 6 de abril de 2014

Van a un restaurante de basura y protestan porque les sirven basura.

Natural.

Pero espera, que no es un restaurante: es la televisión.

Así que encienden el televisor, sintonizan programas basura, aumentan la audiencia de la basura, enriquecen a los productores de basura y, cuando les sirven lógicamente basura, se van por el mundo a gritar que les han servido basura y dan más sentido, más dinero y más publicidad a los productores de basura.

Conmovedor.

Pero espera, que no es tan fácil: es por la causa.

Así que encienden el televisor, sintonizan programas basura, aumentan la audiencia de la basura y enriquecen a los productores de basura porque la basura es grieta del sistema que aprovecharán los nuestros/ para ser palo en la rueda del régimen/ china en la bota del régimen/ y gota plop-plop que hará insomne/ la noche del régimen.

Pobre régimen, que no pega ojo.

Natural.

Pone un restaurante de basura y el Narciso indignado se queda intoxicado.


Madrid, abril.


— Jesús Gómez Gutiérrez


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